miércoles, 27 de agosto de 2008

Ana Noguera: La esperanza del PSPV

Detras de los proyectos, detrás de las frases, detrás de los equipos, están las personan que encarnan un liderazgo, que transmiten energía, orgullo, apoyo, transparencia y honestidad. Cada uno de los cinco candidatos tienen sus valores y sus lacras, pero yo apoyo a Ana, sobre todo, por las sensaciones que transmite y por las posibilidades que tiene de convertirse en un referente social para el conjunto de los valencianos. Es verdad que ahora elegimos al/la Secretrario/ària General, pero no es menos cierto que nos jugamos también el futuro electoral. Creo sinceramente que frente al PP autonómico ella tiene más posibilidades que nadie.

Entre otras muchas, ahí van cuatro razones para apoyar a ANA:

Porque su grado de penetración en la militancia y, sobre todo, en la sociedad es mucho mayor que el del resto de candidatos gracias a su trabajo, presencia pública y a su estilo de hacer política: exigente pero elegante y correcta en las formas. Ha sido y es la parlamentaria más temida por el PP.


Porque se está dirigiendo al corazón de los militantes. Busca el apoyo de las bases, de los socialistas anónimos que son los que hacen ganar las elecciones a un partido. Es la más "débil" en cuanto a infrestructura para su campaña, pero la más fuerte en apoyo "popular" dentro del partido. Como ella dice "reivindica el orgullo de ser socialista"

Porque sus convicciones ideológicas de izquierda son firmes y siempre las ha mantenido, a veces desde una posición muy minoritaria. Con ella los militantes saben que es imposible el giro al centro tan temido y propiciado por algunos. La sociedad valenciana no es tan distinta de la española. Si en España gobierna la izquierda, con ella gobernará en Valencia.

Porque creo que será capaz de llevar a la práctica la integración de todos. Pero ¡ojo! cada uno en su sitio. No es verdad aquello de que todos valen igual y nadie es imprescindible. Al menos en política no. Me gusta aquello de que hay que dejar de hablar de quiénes sobran y ver quiénes faltan. Faltan el autónomo que nos dejó de votar en el 95, el estudiante desencantado de la política, el ama de casa. Nos faltan tantos que creo pueden ser "ilusionados" por Ana, que sería un error político no elegirla.
En fin, en esas estamos.