Después de leer el magnífico artículo de Gregorio Martín en el diario Levante, considero un deber cívico avisar por los medios que podamos que nuestra Generalitat está a punto de presentar suspensión de pagos. Y es que se están dando todas las características por las que las empresas la presentan. Pongamos unos ejemplos
- 1/ No se dispone de ninguna reserva de liquidez inmediata y los proveedores nos aprietan. Es lo que pasa con la factura de Sanidad y con la financiación de las Universidades. Por nombrar sólo dos casos. En ellos la Generalitat con puede cumplir ni con sus propios compromisos.
- 2/ Se recurre a la deuda y préstamos desesperadamente para poder mantener en marcha la empresa. Es lo que conocemos de las cuentas del Banco de España respecto de la deuda de la Generalitat. Sube y sube continuamente. Se acude a endeudamento a corto plazo para poder pagar nóminas y gasto corriente inmediato y después se convierte a largo plazo. El ejemplo de la ciudad de las Artes y las Ciencias es escandaloso.
- 3/ El empresario habla de la solidez de la empresa echándole la culpa a una momentánea falta de liquidez y a que los bancos que no le quieren prestar dinero. En el caso de la Generalitat se la echa al Gobierno Central que no le deja endeudarse más.
- 4/ El empresario asegura que es una dificultad transitoria y de que ningún modo se puede dar la quiebra. Hasta que se da de súbito. Qué pasará el día que la Generalitat agote su capacidad financiera y se retrase en el pago de las nóminas de su personal o el día que los proveedores ya no quieran aplazarle más el pago.
- 5/ Los acreedores y el público en general empiezan a anunciar que el día menos pensado la empresa quebrará o presentará suspensión de pagos. Así recientemente se ha sabida que una de las mas importantes agencias internacional de evaluación de riesgo ha rebajado la solvencia de la deuda de la Generalitat.
Lo dicho, es una exigencia cívica anunciar estos hechos. Más que nada con el ánimo de ver si nuestra Administración y nuestros políticos del PP hacen algo por remediarlos.
El señor nos coja confesados.
2 comentarios:
Pues si no hay dinero para obras..., más propaganda, más victimismo.
Si valorasen lo público se supone que no derrocharían así.
¡Vade retro, patriotas baratos!
Marinho, una muestra más del disparate:
En los presupuestos actuales, la Generalitat dedica más dinero a subvencionar los SEMINARIOS MENORES (vocaciones religiosas católicas) que a financiar escuelas infantiles. Un escándalo! No sé que le ocurre a esta sociedad valenciana que no sabemos reaccionar!
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